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Asentado en una garganta que conduce al mar, este municipio situado entre el mar y el Puig des Teix, tiene una altitud media de 220 metros y una población que apenas supera el medio millar de habitantes. Gracias a la belleza del paisaje y la vida tranquila y sencilla, desde el siglo XIX ha sido lugar de residencia de románticos, bohemios y artistas, desde el compositor Manuel de Falla hasta los pintores Leman, Junyer o Russinyol, o los poetas Robert Graves y Laura Riding. Conserva su fisonomía casi medieval y dispone de magníficos hoteles de plazas reducidas. Visita obligada a la Cala de Deià y al núcleo de Lluc Alcari, una antigua alquería. |
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